El padecimiento físico ocasionado por enfermedades infecciosas, y la investigación y análisis de estas, ha sido hasta hace muy poco asociada con el quehacer exclusivo de las disciplinas de la salud. Sin embargo, las ciencias sociales han insistido, particularmente después de la Segunda Guerra Mundial (Briceño-León 2003), en la necesidad del incorporar el aporte de las ciencias social para una comprensión holística fenómenos en donde lo biológico se ve influido por condiciones sociales o culturales.

Es así como el concepto de violencia estructural, desarrollado por Johan Galtung (1969) pero actualizado por autores más contemporáneos (Farmer 2001, Gupta 2012) asume la íntima relación de lo biológico con lo social. Por tal razón, este proyecto de investigación asume la premisa que, el impacto de una enfermedad infecciosa, como el caso del COVID-19, no depende solamente de un sistema inmunológico de la biología humana, pero de las condiciones económicas y políticas del lugar en donde la enfermedad está desarrollándose. ¿Cómo exactamente se da esta interacción entre lo biológico y lo social?, es parte de lo que este estudio pretende dilucidar.